ATASCADO
Un dia, conducia mi camión plataforma por Haarlem. Transportaba una carretilla elevadora de 12 toneladas, que debia descargar en el poligono del Waarderpolder (Olanda). El mástil de la carretilla tenia bastante altura. Por eso, al llegar a un viaducto del ferrocarril, reduje la velocidad. Con la puerta abierta, miré al mástil de la carretilla y, por suerte, pasaba justito por debajo del viaducto. Volvi a cerrar la puerta y pisé el acelerador. Pero … como el viaducto estaba un poco inclinado, me atasqué en los últimos centfmetros. Yo pensé: “Con un buen tirón, salgo del apuro.” Y asi fue: pisé el acelerador a fondo y sali del atasco. ¡ Pero me metí de lleno en un Iio más grande! Paralelo al viaducto habia un pequeño puente para peatones que yo no habia visto.
Cuando el mástil de la carretilla salió del viaducto, recuperó su posición vertical y se metió justo en el espacio entre los dos puentes. Ahora no podia ir ni hacia adelante ni hacia detrás. Normalmente, suelo tener una respuesta para todo, pero en esos momentos confieso que no sabia qué hacer. Además, tenia que irme antes de que pasara por alli algun agente porque no querfa que me vieran cerca de la “orla” con la que habia adornado el arco del puente. En aquellos tiempos no existía todavia la suspensión neumática, para haber bajado un poco la altura del camión. Tenia que pensar otra cosa. Asi que saqué todo el aire de las ruedas la carretilla elevadora y todo el que me pareció responsable de las ruedas del camión. Fue suficiente: logré sacar el camión por los pelos. No queráis saber cuánto tiempo estuve en la siguiente gasolinera hasta que logré hinchar los neumáticos como correspondia. Más tarde, me hice con un mapa en el que se mostraban (casi) todas las rutas del ferrocarril, con todas las alturas máximas de paso y las alturas libres sobre el suelo.
También en la vida es fácil atascarse. Te metes en problemas y pruebas a salir de ellos con toda c1ase de trucos. Y aveces parece que 10 consigues. Digo bien: “parece que 10 consigues”. En realidad, 10 que haces es meterte en más problemas.
Lo mismo que me pasó a mi con el camión, me pasó con mi vida. No era honrado y probaba siempre salir adelante con excusas. Y aveces parecia tener éxito. Pero en realidad 10 que iba sucediendo era que mi mujer y yo cada dia estábamos más separados. Esa forma de vivir me destrufa poco a poco. Estaba seguro de una cosa: mi forma de vivir no era la correcta. Queria cambiar, pero no sabia cómo hacerlo. Si intentaba mejorar, me daba cuenta de que no 10 conseguia y volvia a caer en mis antiguas costumbres. No lograba perseverar. Por un motivo 0 por otro, volvia a las andadas.
Finalmente, encontré el camino. Entré en contacto con alguien que me contó que mi problema no era unico. Al parecer, habia muchas personas que, en mayor 0 menor medida, tenian el mismo problema. Me aconsejó que comenzara a leer la Biblia y que empezara con el Evangelio de San Juan. Mi mujer y yo decidimos hacerlo juntos.
Descubrimos que los dos íbamos por mal camino. Ambos haciamos cosas que no estaban bien. La Biblia lo lIama pecado y el pecado separa a las personas de Dios. En la Biblia pudimos leer, entre otras cosas, que el Sefior Jesus dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.’ En ese momento, los dos nos arrodillamos y contamos a Dios que habíamos fallado. Le pedimos perdón por todo lo que habia ido mal en nuestra vida por nuestra propia culpa También nos pedimos perdón mutuamente y visitamos a la personas que habíamos tratado mal por cualquier motivo. Lo que pudimos solucionar con las personas a nuestro alrededor, lo hicimos tan bien como pudimos. Dimos las gracias a Dios porque el Señior Jesus, el hijo de Dios, habí venido al mundo y habia muerto en la cruz por nuestros pecados, para después resucitar y subir al cielo. Después de eso, Dios perdonó todos nuestros pecados y nos dio una nueva vida. Nuestro matrimonio se hizo más hermoso que cuando nos enamoramos. Esto no fue algo momentáneo; no, no fue un arrebato. Después de entregar nuestra vida a Sefior Jesus, conocimos durante cas i treinta años toda la felicidad del mundo. Luego, tras un matrimonio de 32 años, mi Fija falleció después de una grave enfermedad. Pero no está muerta. Ahora está en el cielo, con el Señor Jesus, donde volveré averla cuando me lIegue el momento de abandonar este mundo.
Dios nos dio a ambos una vida totalmente nueva. Quizá este relato de nuestra vida te haya servido para algo. Aunque puede que tu vida no sea tan desastrosa como era la mía … tu también necesitas al Senor Jesûs para lograr la felicidad eterna. Todo lo que hizo en mi vida y en la de mi mujer, lo quiere hacer también en la tuya. Busca un lugar tranquilo y serene donde puedas estar solo, quizá en la cabina de tu camión (yo he rezado tantas veces en mi cabina … ). No importa que grites o susurres, ÉI oye todo lo que le dices. Y si le hablas con honradez, te responderá dándote tranquilidad
¿Te acuerdas del mapa que lIevaba en el camión? Siempre lo consultaba cuando conducia por algûn camino dudoso o cuando tenia que pasar por debajo de un viaducto con una carga especialmente alta. Ahora siempre lIevo un libre conmigo: la Biblia. Alli leo sobre el amor de Dios y sobre Su plan con mi vida. Esta guia impide que me atasque en la vida.
ATASCADO O….
En la Biblia se habla de dos caminos:
Del primero se dice: “Hay camino que al hombre parece derecho; empero su fin son caminos de muerte” (Proverbios 14,12)
Esto es muy grave, pues significa que si alguien muere sin el Senor Jesus, estará perdido para siempre. Separado para siempre de Dios.
Ese es el camino que yo seguia antes de dar mi vida al Senor Jesûs.
EI segundo camino mencionado en la Biblia es el del Senor Jesûs. Dice: “Yo soy el camino … ” (Juan 14,6), “el que cree en Mi, tiene vida eterna”. Vivir feliz por toda la eternidad al lado de Dios. ¡Una vida maravillosa sin final! Ese es ahora mi camino, el camino hacia la felicidad eterna.
¿Qué camino eliges tû? ¿Sigues todavia un camino equivocado? Haz entonces lo mismo que cuando te equivocas con tu camión: gira lo antes posible y sigue el camino correcto.
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Martien Stam